Desde el cruce del sendero que baja a Naranjillo, ascendemos sin descanso durante más de un kilómetro por el flanco del Cerro Diamante, la última subida de cierta importancia, antes de reanudar nuestro implacable descenso hacia la llanura costera del Pacífico.
Desde esta altura tenemos amplias vistas de las cumbres densamente boscosas que descienden hasta el valle formado por el Río Navarro. Gran parte de esta zona es bosque natural de propiedad privada que está protegido por políticas gubernamentales de protección del paisaje natural.
Este paisaje de ensueño continúa durante unos 6 kilómetros antes de llegar a las primeras estructuras a medida que nos acercamos a Esquipulas.
Hemos llegado a la llanura costera y enseguida nos damos cuenta del calor y la humedad que nos recibieron el primer día en Barra de Parismina.